¿De dónde viene el caos?Desconozco su origen, pero sé cómo se vive.Todo y todos a la vez, en todas partes.
¿Alguna vez has caminado bajo la lluvia, en medio de una multitud que corre buscando refugio? El tráfico en su punto máximo, el arte callejero sin detenerse, los semáforos llenos, la ciudad latiendo a su propio ritmo… y tú, sintiéndote pleno. Y si, además, le sumas tu canción favorita a un volumen moderado, permitiéndote aún sentir la vida pasando a tu alrededor, entonces sabes que ese instante no es caos. Es, quizá, un momento maravilloso.
¿Qué es realmente el caos?
Lo que sí es caos, según la RAE, es: “El estado de desorden y confusión que se supone anterior a la ordenación del mundo”. Entendiendo esto y que cada uno de nosotros es un mundo, ¿podemos decir que muchas veces nuestra vida es un caos? A veces puede ser un perfecto caos y, otras, un p*to caos.
La misma escena de la lluvia, antes de empezar el día, con un montón de preocupaciones en la cabeza, sin tener ni para un café, con el paraguas a punto de salir volando, los zapatos ya inundados, el autobús retrasado y, aún con todo un día por delante, llegaste tarde al trabajo. Aunque tu jefe está enojado, no tiene muchas consecuencias; solo es una mañana con un inicio diferente. Eso tampoco es caos, es la vida real. Un día puede pasar, incluso dos.
La misma escena, con la diferencia de que te pusiste tu mejor ropa y zapatos, saliste pronto de casa y, aun así, no pudiste llegar a tiempo a esa entrevista para el trabajo de tus sueños, por la que buscaste y esperaste durante meses. Cuando ya no quedan ahorros para la comida del día a día o para garantizar ni siquiera el techo. Y cuando llegaste, ya se habían ido los reclutadores.
El caos como oportunidad
A veces, el caos no es el aguacero en sí, sino lo que significa para quien lo vive. No llegar a tiempo. No lograrlo. Perder lo que parecía la única oportunidad.
Entre el desaliento, pasaste por un restaurante donde colgaba un cartel de búsqueda de friegaplatos. Entonces dejas tu currículum; el mismo que habías impreso con mucha ilusión el día anterior. A la mañana siguiente, estás en el fregadero.
Aunque eso tampoco es caos, es el inicio de una historia que no pensaste escribir.
Tal vez sea el destino o quizás solo una coincidencia. Lo cierto es que el caos tiene su propia forma de reordenar el mundo. Un pestañeo y ya nada es igual. De repente, estás rodeada de personas que nunca imaginaste conocer, en lugares que jamás habrías pisado, viendo la vida desde ángulos insospechados.
Te rindes a ese trabajo de tus sueños porque, con el pasar del tiempo, te has acomodado a lo nuevo y lo inesperado, y ahora es tu realidad.
La vida en sí misma es caótica o simplemente libre. Nos permite disfrutar del mismo instante desde diferentes sentires. Un día estarás bajo la lluvia y recordarás el día que tu vida cambió para siempre, y otro será el día que, bajo la lluvia, disfrutaste de un instante que te regaló plenitud.
Y ambos serán reales.
¿Alguna vez has sentido que encontraste paz en medio del caos?